Al posponer la alarma y volver a dormir se iniciará un nuevo ciclo de sueño, el cual se verá interrumpido abruptamente
Lunes. 6 de la mañana. Suena la alarma del despertador. ¿Te levantas de inmediato o activas el botón de “snooze” y te quedas en la cama “cinco minutos más”?
Si perteneces al segundo grupo, tienes más motivos de los que tal vez te imaginas para empezar a romper el hábito.
Según una encuesta llevada a cabo en Reino Unido por un equipo del programa Body Positive, de la BBC, un 46% de los consultados no se levanta cuando suena la alarma y prefiere quedarse en la cama, posponiendo la alarma, a menudo, varias veces.
Y eso nos ocurre a muchos de nosotros en otras partes del mundo. ¿Por qué lo hacemos?
Unos dicen que les resulta menos duro afrontar el despertar de esta manera, mientras que otros encuentran placentero “alargar” esos minutos de descanso.
Pero, según el doctor Joaquín Terán Santos, presidente de la Sociedad Española de Sueño (SES), la clave está en “la falta de sueño” que sufre gran parte de la sociedad.
Entonces, ¿es perjudicial posponer la alarma? ¿Cómo nos afecta?
La BBC consultó a varios expertos en medicina del sueño para dar con la respuesta.
Ciclos interrumpidos
Aunque puedas pensar que retrasar la alarma del despertador hará que finalice tu ciclo natural del sueño y te despiertes descansado, eso no es exactamente lo que sucede.
Al contrario: cuando activas el botón de snooze, tu cerebro comienza de nuevo su ciclo de sueño.
Aquí es cuando entran en juego los “mecanismos químicos” que tiene nuestro cuerpo no sólo para ponernos a dormir, sino también para despertarnos; aumenta la temperatura corporal, el sueño se vuelve más ligero y se liberan algunas hormonas, que nos proporcionan energía para empezar el día.
Según el doctor Terán, no existe “una respuesta científica absoluta” sobre los posibles efectos adversos de posponer la alarma del despertador.
“Sin embargo, hay un cierto nivel de conocimiento con base a las observaciones que se han hecho sobre los ritmos biológicos del sueño”, dice el doctor.
Además, según afirma Francisco Segarra, neuropsicólogo y experto en medicina del sueño, “el hecho de utilizar un despertador cada mañana ‘corta’ abruptamente el sueño y no es lo más recomendable”.
“Si además lo hacemos varias veces de forma repetida empeoramos la situación”, agrega Segarra.
Falta de sueño e inercia de sueño
“Cuando alguien necesita despertarse usando varias alarmas, a menudo hay una falta de sueño detrás de eso”, dice Terán.
El doctor Eduard Estivill, experto en medicina del sueño, está de acuerdo.
“A nadie le cuesta despertarse si duerme 8 horas seguidas todos los días. Sólo les sucede a los que duermen menos de las horas necesarias”, explica Estivill.
Esa falta de sueño, apunta el doctor Terán, repercute en nuestra actividad diaria.
“Cuando uno está corto de sueño se interpreta como cansancio o somnolencia. Y entonces se produce la “inercia de sueño”: una sensación de aturdimiento y de falta de energía y de capacidad para mantener la atención”.
Y cuando la apagamos por segunda vez, es probable que ya estemos en una etapa más profunda, de manera que no se activan por completo los mecanismos de vigilia y esa somnolencia o aturdimiento se prolonga.
También es importante destacar que “aunque retrasar la alarma del despertador no sea beneficioso, no significa realmente que provoque problemas a nuestra salud”, dice Segarra.
“El mensaje que debería trasmitirse es que no es la forma ideal de empezar el día, ya que nuestro cuerpo organiza los ritmos circadianos de sueño y vigilia de forma gradual, nunca de forma brusca”, advierte el somnólogo.
Lo ideal es despertarse espontáneamente, en respuesta al estímulo lumínico.
Además, según el doctor Estivill, “el sueño que conseguimos entre los despertares no es nada reparador”.
“Cuanto más se rompe el sueño, peor es la calidad de descanso. Por lo tanto, el único consejo es que debemos dormir las horas necesarias. Es decir, 8 cada día. Todos los días de la semana”, afirma Estivill.
“Buena higiene de sueño”
Los expertos coinciden a la hora de aconsejan adoptar un horario de sueño más regular.
“Sería recomendable no activar varias alarmas. El sueño, por definición, no tiene estados intermedios”, agrega.
Según Terán, es fundamental tener en cuenta el ritmo circadiano por el que se rige nuestro cuerpo. Pero también la “presión de la vigilia”, que se da desde que nos despertamos y que aumenta a lo largo del día.
“Si rompemos ese ritmo o alteramos la presión aparecen problemas ligados a la falta de sueño”, dice Terán.
“Lo ideal sería despertarnos con una luz-despertador que fuera incrementando progresivamente la intensidad, imitando el amanecer”, nos cuenta el doctor Segarra.
Y es que al cuerpo le gusta la predictibilidad y las rutinas.
Por eso sería mejor que te despiertes a la misma hora cada mañana, incluyendo los fines de semana para que tu cuerpo se acostumbre a mantener un ritmo de sueño.
Y, aunque te sientas cansado por la mañana, trata de resistir la tentación de posponer la alarma. Puede que esos “cinco minutos más” te pasen factura más adelante.
“Muchos piensan que el sueño no sirve para nada, que es bueno demostrar que uno duerme poco. Pero los que nos dedicamos al sueño sabemos que es importante. Cuando dormimos respiramos y tenemos activas las funciones cardiovasculares e inmune, aunque sea de otra manera”, dice Terán.
“Mientras la sociedad no asuma que esto es así estamos contribuyendo a generar una sociedad con problemas de salud ocasionados por la falta de sueño”, concluye el especialista.
Fuente: elmundoalinstante.com
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