Frases que nos marcaron de “El Principito”


Desde pequeño descubrió que el mundo podía verse de diferentes maneras dependiendo en dónde estuviera parado. Se dio cuenta que los ojos de los adultos no eran los mismos a los de los niños, y que el paso de los años les había nublado la vista. 

Encontró su primer acercamiento a un mundo de fantasías en una hoja en blanco y un lápiz, luego se dedicó a lo que siempre había hecho: volar. Lejos de casa y lo conocido descubrió nuevos mundos a través de un pequeño principito. Un principito que descubrió el mundo y que aprendió el valor de la vida al conocer distintos personajes. 


Tierras pequeñas, lejanas, de habitantes extraños, de un zorro astuto y de una flor vanidosa; es el mundo en el que el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry creó a su personaje e historia más famosa. Un pequeño príncipe que nos enseña lo más importante de la vida, que nos recuerda el valor de las cosas y que nos invita a soñar y viajar por el mundo, pero sobre todo por nuestra imaginación. Un libro que nos rememora lo que es ser niños y que nos recuerda que debemos ver con el corazón. 



“Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo un motivo importante para ello: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otro motivo, además: esta persona mayor puede entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo aún un tercer motivo: esta persona mayor vive en Francia, donde padece hambre y frío. Tiene mucha necesidad de ser consolado. Si todos estos motivos no son suficientes, quiero, entonces, dedicar este libro al niño que una vez fue esa persona mayor. Todas las personas mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan).”




“Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”,

“Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo”.

“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle”.

“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”.

“Bebo para olvidar que soy un borracho”.


“Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores”.


“Te miraré de reojo y tu no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos”.

“Esto que veo aquí no es más que una corteza. Lo verdaderamente importante es invisible”.


“Los hombres -dijo el principito- se meten en los rápidos pero no saben dónde van ni lo que quieren. Entonces se agitan y dan vueltas”.
“Los hombres ocupan muy poco lugar sobre la Tierra… Las personas mayores no les creerán, seguramente, pues siempre se imaginan que ocupan mucho sitio”.

“A veces tenemos que aguantar a las orugas si queremos disfrutar de las mariposas”.

“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”.



“Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa”.

“Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…”.

“Es una cuestión de disciplina, – me decía más tarde el Principito -. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta”.

“¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
-Me sirve para ser rico.
-¿Y de qué te sirve ser rico?
-Me sirve para comprar más estrellas”.

“Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas”.




“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”.

“Es tan misterioso el país de las lágrimas…”

“Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió”.

“Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer”.

“Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú y solo tú tendrás estrellas que saben reír!”
“Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.

“Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido”.

Extraído de Cultura Colectiva
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